Se le dice calidad a la forma en que la luz incide sobre un objeto, puede ser “dura” o “blanda” o también “directa” o “difusa”.
Las ventajas de la iluminación dura son:
Es direccional y por lo tanto puede restringirse para iluminar únicamente aquellas áreas que se quieran destacar.
Su direccionalidad perfila perfectamente las sombras y muestra las texturas.
Puede producir efectos bien definidos.
Su intensidad no decae apreciablemente con la distancia. Por tanto, se puede iluminar perfectamente con un foco situado a cierta distancia.
Si iluminamos una escena con varios focos de luz direccional puede generar desorientación, y las sombras y contrastes resultan muy molestos.
Las ventajas de la iluminación suave son:
No crea sombras indeseadas.
Puede iluminar sombras producida por una iluminación dura, de manera que se pueden ver los detalles sin producir más sombras.